viernes, 10 de marzo de 2017

martes, 31 de enero de 2017

¿QUÉ SON LAS INUNDACIONES?

Una inundación es la ocupación por parte del agua de zonas o regiones que habitualmente se encuentran secas. Normalmente es consecuencia de la aportación inusual y más o menos repentina de una cantidad de agua superior a la que puede drenar el propio cauce del río, aunque no siempre es este el motivo. Las inundaciones se producen por diversas causas (o la combinación de éstas), pueden ser causas naturales como las lluvias, oleaje o deshielo o no naturales como la rotura de presas, por ejemplo.

INUNDACIONES EN LA PROVINCIA DE MÁLAGA EN EL 89


Desde 1907, Málaga no sufría unas inundaciones tan espantosas como las habidas en el otoño de 1989. Las trombas de agua asolaron tanto la capital como los municipios de la provincia. El cielo empezó a descargar agua como si el mundo se fuese a terminar en la tarde del martes 14 de noviembre (una jornada que forma parte de la historia reciente más negra de Málaga) y se mantuvo sin dar tregua a una desolada e impotente población hasta el viernes 8 de diciembre.

Fue una especie de diluvio universal que duró 25 días, durante los cuales los malagueños permanecieron con el agua al cuello, a la espera de que el temporal remitiese. El trágico balance de esas tres semanas y media, negras e interminables, fue de ocho personas muertas, siete inundaciones en el Valle del Guadalhorce y otras cuatro en la desembocadura del río e innumerables destrozos de todo tipo. Y miedo, mucho miedo. El Gobierno Civil recibió numerosas críticas por no haber alertado del riesgo de fuertes lluvias.

LA CATÁSTROFE EN 2016

El 4 de diciembre de 2016, Málaga se vio sumergida en una antigua amenaza: inundaciones.
Aproximadamente una vasta cantidad de agua (35 litros) en tan sólo una hora. Esto provocó fatales daños: inundaciones en sendas calles, un autobús de línea atrapado en el perímetro del Guadalhorce y una víctima de muerte, que en paz descanse.

Según unos estudios, la cartografía donde se dio lugar este desastre es la misma que en el 89, pero no es sorprendente ya que en zonas donde el agua no tiene por donde fugarse no le queda alternativa alguna que acumularse y provocar estragos.

POSIBLES SOLUCIONES

Construcción de desagües de emergencia en todas estas zonas que han sido afectadas.
Si proveemos a la sociedad de herramientas como esta, aseguraremos su seguridad.



Regular el caudal de los arroyos y ríos próximos a las zonas urbanas, para así evitar los desvíos durante las inundaciones y chaparrones si los hubiera.


FOTOGRAFÍAS DEL 2016